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Personnel:
Phil Woods, Gene Quill (as), Sol Schlinger (bs), Dave McKenna, George Syran, Bob Corwin (p), Buddy Jones, Teddy Kotick, Sonny Dallas (b), Shadow Wilson, Nick Stabulas (d)
Reference: FSRCD 473
Bar code: 8427328604734
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In the mid-50s Phil Woods and Gene Quill had been playing together under the euphonious designation of Phil & Quill. Although pairings of this kind became commonplace on LPs in those years, in their case the outstanding quality of the solos and the attractive writing always kept things cooking. While both altoists had assimilated Birds message and shared stylistic origins, the kicks came in their approaches as soloists, with Woods tossing off long and nimble passages, while Quill rapped out bursts of melody, building climactic patterns out of these biting fragments and explosive phrases. The contrast worked, time and time again.
"Este doble CD reúne tres elepés de Phil Woods y Gene Quill para tres sellos distintos. Los saxofonistas tenían entonces alrededor de 26 y 29 años respectivamente, y sus acompañantes también eran de esa generación. Este es un detalle que suele olvidarse cuando se trata de sonidos tan clásicos como éstos desde nuestra perspectiva actual.
Las sesiones de 1957 apenas parecen ensayadas, aunque poco importa. El quinteto de Woods y Quill era un grupo esporádico pero rodado (de ahí las diferentes rítmicas). En la sesión para Prestige casi todos los temas vienen firmados por Woods, salvo Airegin y Solar (tema del guitarrista Chuck Wayne del que se apropió Miles Davis). Los arreglos no son nada del otro mundo, pero los solos no defraudan (incluido Kotick en Solar). Quill y Woods son dos solistas temperamentales y de fuertes caracteres, capaces de sacarle al saxo alto ese sonido corrosivo característico del más ácido de los saxos. En cuanto a la sombra de Charlie Parker, es alargada, obviamente, pero ni Woods ni Quill son meros imitadores. En este sentido, cabe destacar la ferocidad con que ambos atacan A Night in Tunisia, en el disco para Epic, que abren tocando juntos y cuando llega el momento del famoso break parkeriano se lo ceden al pianista. En Scrapple from the Apple también van a por todas, en claro homenaje a su maestro y precursor, después de una larga introducción arreglada y los solos de Dallas y Corwin.
En cuanto a la sesión para RCA, del año anterior, aquí las cosas cambian un poco por la presencia Sol Schlinger, un ilustre sesionero del barítono (Woody Herman, George Russell, Benny Golson) lo cual da más juego en los arreglos de algunos de los temas (no toca en todos). RCA era un sello relativamente conservador, y esta sesión destaca por una sensibilidad casi más swing que bebop, principalmente por la participación de Neal Hefti y Nat Pierce como arreglistas, ambos colaboradores de Basie en aquellos años. En este aspecto, hay que destacar los cuatro originales de Bill Potts, más el de Gene Orloff (mejor conocido como concertino de innumerables sesiones con cuerdas), que alejan aún más al grupo de su línea habitual, aportando variedad a esta colección.
Dejando a un lado la música, esta reedición es, por un lado, algo arbitraria: Woods y Quill grabaron juntos en más ocasiones en el bienio en cuestión (Pairin Off y Four Altos, por ejemplo, aunque en septeto) y existe una clara diferencia de ambiente entre la sesión en sexteto y las dos en quinteto. Por otro, da cierta impresión de descuido. El sonido flojea en ocasiones en los discos RCA y Epic (supongo que transferidos de vinilo), y es de lamentar la mala edición de los textos, sin revisar mínimamente: aparte de que a alguien se le olvidó borrar las preguntas sobre la ortografía de los títulos de los temas (véanse las interrogaciones), se han colado aberraciones como John Williarre (¿por John Williams?), Woody De Franco (por Buddy DeFranco) y Clude (por Claude) Thornhill. Además, en las anotaciones, sacadas de las ediciones originales de estos discos, nos quedamos con un palmo de narices al llegar al final de las correspondientes al elepé de Prestige, que terminan así: para conocimiento del lector y su mayor disfrute de este álbum, he indicado a continuación quién toca qué en las diversas secciones.
En todo caso, lo que importa es la música. Woods y Quill fueron dos de los saxofonistas más duros de esta época (no sería de extrañar que Jackie McLean tomara nota de estos discos) y ésta es una buena muestra para quienes quieran comprobarlo."
Fernando Ortiz de Urbina (Enero 24, 2014)
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